lunes, agosto 29, 2016

LIDIAR CON LA IRA



      La nota (completa) a continuación fue solicitada por la Revista Dominical Extra del Diario El Deber 28-08-2016 
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   ¿Enojo e ira es lo mismo?


La ira y el enojo son manifestaciones de la misma emoción pero en diferentes  grados de intensidad. En el caso del enojo la persona ha logrado establecer un control aceptable sobre la impulsividad de la ira. Cuando la regulación de las emociones falla, la agresividad y la violencia suelen manifestarse en forma de conductas irracionales que pueden ser lesivas hacia otros ya sea de forma verbal o física, o incluso puede decantar en conductas auto lesivas. El sentirse molesto igualmente es un tono tenue de la ira, en donde el control cognitivo y emocional ha sido más exitoso.  


2.       ¿Cuándo saber que nos estamos pasando de la raya? ¿qué puede disparar la alarma de peligro?


Las personas que se exceden en sus reacciones iracundas por lo general tienen ese estilo de respuesta ante cualquier contrariedad, por lo general son poco conscientes de sus arranques e incluso suelen justificarlos y culpar al otro de sus reacciones.
Señales que se puede tener al iniciarse un arranque de violencia:
*Negación del propio estilo agresivo para comunicar o solucionar conflictos
*Dificultad notable para comprender lo que se está escuchando del otro
*Deseos de agredir al interlocutor
*Palpitaciones cardiacas
*Aumento de sudoración
*Incremento de volumen en el tono de voz
*Deseo incontrolado de imponerse
*Desprecio por las razones de la otra persona


3.       Se padece de ira desde la niñez o esta puede surgir en cualquier momento de la vida?


La habilidad para controlar la conducta iracunda se aprende y debe enseñarse en la temprana infancia, luego se va perfeccionando durante toda la vida, pues la ira es una de las emociones básicas junto con el miedo de las cuales estamos dotados genéticamente, la reacción instintiva de defensa y de escape para preservar la vida la compartimos con los otros seres vivos del mundo animal. Ambas emociones han logrado domesticarse parcialmente al influjo de la cultura y de la regulación de la corteza cerebral frontal. Siempre debemos estar atentos a la posibilidad de una reacción masiva de la rabia, entendiendo que generar una respuesta violenta en momentos críticos o en situaciones de peligro real es una posibilidad si no hemos cultivado nuestra inteligencia emocional.


4.       ¿Existen técnicas para controlar la ira?


Una vez desencadenado el arranque de ira poco se puede hacer, salvo ponerse a buen recaudo de la persona violenta. Pero si se puede actuar en la prevención para evitar las respuestas torpes.

Atender a lo siguiente:

  • Primero reconocer que se tiene una predisposición a dar rienda suelta al temperamento iracundo
  • Si la respuesta violenta es un rasgo familiar, evitar sentirse orgulloso y fuerte por ello.
  • Saber que el control de la ira es un proceso y que siempre hay que esforzarse por buscar otras alternativas para enfrentar problemas  o contrariedades.
  • No ser ansiosos ni apurados para resolver situaciones que generalmente requieren de análisis y tiempo para ser resueltas.
  • Saber que imponer algo a la fuerza o generando temor en el otro no será nunca un logro estable. El dialogo y la negociación son camino más seguro.
  •   Hay que saber que la falta de inteligencia emocional siempre juega en contra de sí mismo y de las relaciones interpersonales.
  •   Si el descontrol sorprende frecuentemente será conveniente buscar ayuda terapéutica e incluso de medicación indicada. 


5.       ¿Realmente el ejercicio físico y la relajación pueden servir para luchar contra la ira?


Las actividades físicas o artísticas pueden ser de ayuda pero son insuficientes ya que el control de las emociones obedece a la toma de conciencia de las personas y a la voluntad de hacer cambios y mejoras en la vida emocional, en muchos casos se requerirá de la intervención psicológica y de un proceso terapéutico para poder instalar los mecanismos necesarios de regulación de la conducta agresiva. Lamentablemente las personas con conductas agresivas frecuentes suelen ser reticentes al abordaje terapéutico, piden disculpas a los afectados y prometen no repetir, pero recaen al poco tiempo.


6.       Existe una idea generalizada de que el camba es ‘fosforito’ y se acepta socialmente que sea brabucón y hasta se lo deja pasar… ¿cómo evitar que nuestros hijos se crean esto y caigan en la misma forma de pensar?


Es común que las personas denominadas como “fosforito” sientan que sus respuestas impulsivas las destacan como personas que saben poner límites y que les gusta todo lo correcto porque de lo contario se enojan. Es una percepción bastante distorsionada de lo que es un rasgo de carácter deseable, todo lo contrario, es una muestra de escasa inteligencia emocional y de falta de habilidades para comunicar y convenir con los demás. Los hijos desde temprano requieren ser educados en la moderación así como en las habilidades comunicacionales, a la par que deben recibir el ejemplo dentro del grupo familiar.


7.       En días pasados un hombre le pegó reiteradas veces a un guardia de seguridad por haberse tardado al abrirle el portón de un condominio. Pese a que el guardia no se defendía el hombre seguía pegándole y parecía un energúmeno… Cree usted que este es un episodio de ira o lo estamos confundiendo con otra cosa?


La causa del enojo contra un funcionario podría ser justificada, ya que en ocasiones un trabajador puede cometer alguna falta en el ejercicio de sus funciones, pero nunca el llamado de atención debe degenerar en actos de violencia; en ese caso se entra de lleno en la figura del abuso de autoridad y de maltrato al empleado, lo cual está tipificado en el ámbito judicial y ameritaría sanción. De todas formas aunque fuere un ocasional episodio de ira se deben asumir las consecuencias de las conductas antisociales.