sábado, marzo 22, 2025

Imaginario Infantil, lenguaje literario y su impacto en la construcción de la inteligencia

 

Imaginario Infantil, lenguaje literario

y su impacto en la construcción de la inteligencia

 

Paula Benedict de Bellot

 

Resumen: El imaginario infantil puede poseer una estructura cognitiva a la par de compleja que la del adulto cuando lo observamos a la luz de sus capacidades para decodificar el significado y la lógica del lenguaje literario mágico. La literatura se convierte en la vía regia de acceso a la activación de la inteligencia y de los procesos de pensamiento durante la niñez. El adulto creativo, capaz de visualizar el futuro y con capacidades para el pensamiento de corte humanista necesariamente está ligado a una infancia de fértil imaginería y ramificaciones del pensamiento mágico.

Palabras clave. Inteligencia, Imaginario, Infancia, Lenguaje.

Children’s imagination, literary language and their impact on intelligence construction

Abstract: Children’s imagination can have a cognitive structure as complex as that of the adult when observed under the light of its abilities to decode the meaning and logic of the magical literary language. Literature becomes the main route for accessing the activation of intelligence and thought processes during childhood. The creative adult, capable of visualizing the future and with capacities for humanistic thinking, is necessarily linked to a childhood of fertile imagery and ramifications of magical thinking.

Keywords: Intelligence, Imaginary, Childhood, Language. 

Le langage littéraire et l’imagination des enfants et son impact sur la construction de l'intelligence

Résumé : L’imagination des enfants peut posséder une structure cognitive aussi complexe que des adultes si on l’examine sous la lumière de ses capacités pour décoder la signification et la logique du langage littéraire magique. La littérature devient la voie principale d'accès à l'activation de l'intelligence et des processus de pensée pendant l'enfance. L’adulte créatif, capable de visualiser l’avenir et doté de capacités de pensée humaniste, est nécessairement lié à une enfance fertile en images et de ramifications de la pensée magique.

Mots-clés : Intelligence, Imaginaire, Enfance, Langage.

 

Introducción

Nos introduciremos brevemente en algunas consideraciones sobre sobre la influencia del lenguaje literario en la expansión del imaginario infantil y en cómo las interacciones de estos dos factores se amalgaman para empujar y potenciar las habilidades analíticas, reflexivas y creativas de la inteligencia, cuyas bases se encuentran en la infancia y el pensamiento mágico.

 Los estudios psicológicos sobre el lenguaje han tomado diferentes rutas para poder explicar la dinámica psicológica, cognitiva y neuronal mediante la cual el pensamiento humano se convierte en lenguaje y este a su vez en la expresión de la inteligencia; recordemos que los test de inteligencia consideran a los subtest de medición de competencias verbales como una buena aproximación del potencial intelectual de los individuos. No ahondaremos en los lenguajes numérico, musical, espacial o corporal, aunque están interconectados; en cambio sí en el lenguaje pensado, hablado y codificado en la escritura. 

 

El cerebro humano cuenta con una extraordinaria configuración que permite la manifestación de cualquier lengua idiomática; pero al influjo del medio ambiente social y familiar, sabemos que se define el uso de la lengua materna seleccionándola del abanico filogenético ancestral. Este punto de partida que se adentra en la profunda evolución de la especie humana, nos permite poseer las bases neurológicas que bifurcan en infinitas ramificaciones y redes del pensamiento complejo a posteriori. El lenguaje y el pensamiento abstracto se constituyen en un andamiaje de códigos que progresivamente se van instaurando y dominando al influjo del aprendizaje, de la especialización del cerebro y sus respectivas conexiones neuronales; las cuales se activan y se mantienen fluidas para dicho fin.

 

 La psicología Piagetiana hace hincapié en el proceso evolutivo de la inteligencia del sujeto, describe con maestría los avatares del pensamiento, desde las primeras operaciones mentales del niño recién nacido, para quien el pensar es movimiento, imágenes y sensaciones físicas; quien solo después de un largo trayecto evolutivo y del discurrir pensante, conquista el arribo al denominado pensamiento abstracto, lo cual ocurre cuando se ingresa en la adolescencia. En ese momento los complejos procesos de simbolización del lenguaje humano alcanzan la posibilidad de su máxima expresión para establecer una plataforma de operaciones mentales que permiten el desarrollo del pensamiento teórico, filosófico, científico, político, etc.; a la vez se configuran las funciones mentales interpretativas y se da paso al lenguaje escrito autónomo. Para Piaget el pensamiento es un proceso mediante el cual la acción se transmuta en pensamiento para luego devenir en lenguaje y expresarse en sus distintos grados de abstracción.

En éste marco el juego como predecesor del lenguaje interiorizado, no solo es la accion lúdica del cuerpo, sino a la par, movimientos del pensamiento los cuales poseen una la lógica mágica, propia de la imaginería infantil que ocurre cuando el niño comienza con la apropiación del habla. Por ello el lenguaje literario en nuestro planteo se convierte en un elemento crucial que alimenta estos procesos mentales que se conectan con el universo de las palabras, estimulando la instalación de nuevas conexiones y bifurcaciones que pueden ampliar las capacidades de interpretación de la realidad en cada etapa evolutiva y a la larga durante la vida adulta.

 

La visión de Vygotsky enriquece ésta perspectiva evolucionista y genética, resaltando en su postulado el impacto del componente social sobre la construcción de la inteligencia, del pensamiento y del lenguaje. Desde esta perspectiva las necesidades de comunicación y de contacto social dentro de un contexto histórico, son las que activan el pensamiento y la configuración del lenguaje.  “El juego y el lenguaje representan el intento humano más fundamental para trascender el aquí y ahora y poder así, construir modelos simbólicos que permitan comprender la realidad” (Vigotsky). El entroncamiento del lenguaje con los procesos sociales, otorga la dimensión histórica y dialéctica al pensamiento-lenguaje, dotándolo de significado; ambos se erigen como una construcción colectiva que da sentido al acontecer humano.

En concordancia a éste enfoque, la memoria social e histórica, posee también como herramientas, un cúmulo de leyendas, historias, cuentos y personajes, que al pasar de generación en generación y al recrearse en la moderna producción literaria, aportan considerablemente a la imaginería infantil.  El lenguaje literario escrito, así como la transmisión oral pasarían a ser elementos de juego y de incorporación de ideas, de ampliación del vocabulario, de creación de imágenes y de diversos procesos mentales donde el sujeto se ve provocado a ser participe activo para comprender los hechos narrados.

 

En la Teoría de las Inteligencias Múltiples, sistematizada por Howard Gardner, encontramos un aporte conceptual; el de la Inteligencia Lingüística, que se presenta acrecentada en sujetos que destacan en sus habilidades y competencias especialmente desarrolladas en la expresión verbal hablada o escrita y sobre todo en las capacidades creativas y productivas en este campo; por ejemplo, los escritores y los grandes oradores, serían ejemplos de ésta inteligencia, siendo que la poseemos todos.

Otras dos inteligencias descritas por Gardner son la Intrapersonal y la Interpersonal, las cuales están, estrechamente asociadas a la Lingüística en la medida que la primera implica el pensamiento interiorizado y reflexivo intermediado siempre por el lenguaje; la segunda supone las habilidades de interacción con los semejantes; entonces ambas inteligencias indudablemente se apoyan en las competencias lingüísticas que sustentan el intercambio relacional. Bajo esta mirada el lenguaje sirve a la moderación de las pasiones y emociones y la consecuente resolución de problemas y conflictos.

 

La estructuración del psiquismo humano es una construcción lingüística, por un lado, están las manifestaciones conscientes que se distinguen por los procesos lógicos del pensar en sus diferentes grados de profundidad reflexiva; y por otro lado estaría la fantasmática inconsciente, susceptible de ser alcanzada gracias a los mecanismos de simbolización e interpretación acuñados por el pensamiento - lenguaje. Estás funciones superiores del pensamiento y del lenguaje: la abstracción, la conceptualización, la reflexión, la simbolización y la interpretación necesitan ser cultivadas para que alcancen su mayor desarrollo. Según esta propuesta, la herramienta privilegiada durante la infancia para desencadenar estos procesos, es el texto literario, pues gracias a sus diversos grados de complejidad desafía permanentemente al ingenio humano infantil para ampliar su comprensión y para expresarse progresivamente con mayor cabalidad gracias a las múltiples conexiones que se tejen en la red del lenguaje.

 

Es elemental saber que las bases neurológicas, psicológicas y sociales que sustentan el pensamiento humano como proceso y el lenguaje en sí mismo, no aseguran automáticamente la adquisición de las funciones superiores del pensamiento; deben mediar acciones constantes de formación y ejercitación del músculo intelectual. En primera instancia los agentes educativos, familia, escuela y sociedad, deberían cumplir con la misión de formar sujetos capaces de auto dirigir su propio crecimiento intelectual y espiritual con la mediación del lenguaje; resultado que hoy en día estaría en duda ya que el porcentaje de lectores y cultores del lenguaje altamente motivados es muy modesto para que tenga un impacto notorio en el desarrollo humano del país (no nos referimos aquí a la formación profesional).

 

Será necesaria la resignificación del lenguaje para trascender el uso del mismo como un simple utilitario, para evolucionar hacia una aplicación consciente que provoque el crecimiento intelectual y espiritual de las nuevas generaciones; uno de esos caminos puede ser trazado por la literatura, lugar privilegiado del lenguaje expresivo, en donde los procesos cognitivos mencionados cobran nuevas dimensiones en la medida que se adentran en la exploración de las profundidades del alma humana.

 

La literatura en sus distintos géneros, impide que la palabra cotidiana naufrague en la marejada del entorno material, donde hoy, nos acecha implacable la propuesta alienante de los diferentes modelos de pensamiento único - tal como lo imaginó Aldus Huxley en su novela Un mundo feliz-; habiéndose convertido esa intencionalidad de unicato en una aspiración delirante de gran parte de los que “manejan” el mundo y abusan del poder en los cuatro puntos cardinales. Ante esto el texto literario en su particularidad y diversidad se constituye en un bastión de la identidad personal y colectiva; lo literario es también una coordenada en donde se realiza un encuentro intergeneracional y atemporal, espacio en el que se accede a los registros de la memoria histórica y multifacética de la humanidad.

 

Los hombres y mujeres de letras, cultores del lenguaje, enamorados de lo humano, urdidores de la memoria colectiva, son portadores de los mitos ancestrales, en la medida que el soplo de espíritu que anima sus obras, de ahí proviene. El contrapeso necesario, frente a la vorágine de violencia y de la injusticia que hoy nos amedrenta, surgirá del pensamiento y de las manos de éstos filósofos y escudriñadores de la metáfora. Desde el escrito poético, hasta el ensayo ideológico, progresivamente, se irán vislumbrando formas de hacer y de pensar, lo cual supone cultivar básicamente la capacidad de infringir aquellos modelos cristalizados e impuestos a la fuerza y que objetivamente nos están encaminando hacia la desesperación y el desastre como género.

 

El texto literario ostenta así la capacidad de reconfigurar la actividad y el pensamiento humano; es un códice que nos da paso a la ansiada eternidad. La verbalización escrita de corte literario, diseña para el escribiente y para el lector un entorno en el que se construyen los valores, el sistema estético particular de cada cultura y donde se sientan las bases sobre las que se construye el espíritu humano en virtud de la decantación del pensamiento en el producto literario. Asunto no despreciable ya que el bagaje de principios y valores compactado en los cuentos maravillosos, resulta ser incorporado tempranamente en los esquemas de acción de los niños y niñas.

 

Los cuentos de hadas o los cuentos populares, se convierten en una invaluable herramienta para desarrollar una imaginación autónoma con matices personales, ya que cada niño o niña creará sus propias imágenes mentales, incluyendo movimientos y acciones de los protagonistas de las historias.

La función maravillosa que siempre han cumplido los cuentos es que permiten al niño enfrentarse, por ejemplo, con la lucha entre el bien y el mal o con intensas rivalidades fraternas o entre generaciones y que en el transcurso de la narración se resuelven de manera satisfactoria para el pequeño lector. Por lo general el niño se identifica con el héroe, el cual siempre es representante del bien, además de que sale siempre airoso de las trampas que los “malos” le tienden.

Los cuentos son el terreno propicio sobre el cual los pequeños pueden proyectar sus más intensas y recónditas preocupaciones conscientes e inconscientes y resolverlas satisfactoriamente en la fantasía, tal como nos ilustra Bruno Bettelheim en su libro Psicoanálisis de los Cuentos de Hadas.

 

¿Es posible que los niños posean formas complejas de pensamiento?

 

La enorme estructura del lenguaje y su alta complejidad suponen un largo proceso de aprendizaje y de adquisición de destrezas del pensamiento, en ese cometido la literatura infantil se convierte en el vehículo ideal para aproximar ingentes contenidos y significados del lenguaje a las fértiles mentes infantiles. La inteligencia lingüística de los niños a simple vista pareciera incipiente; en cuanto a contenidos no tan abundante, pero en cuanto a procesos resulta sorprendente; aún con corta edad niños y niñas puedan asimilar y elaborar asuntos bastante enmarañados en el tema que nos ocupa; descubrimos para nuestro deleite que los pequeños comprenden muy bien la estructura del cuento fantástico, cosa no tan sencilla ya que en su conformación hay una trama, numerosos personajes, diversas situaciones, encadenamiento de hechos, consecuencias y finales; todo esto sin mayor problema es bien comprendido incluso por niños pequeños. Tenemos así indicadores de que elementos importantes del pensamiento adulto ya presentes tempranamente en la infancia, con la única diferencia que en estas edades prima el pensamiento mágico, lo cual es considerablemente difícil, pues la configuración de la magia no resulta sencilla ya que tiene su propia lógica. Estos pequeños geniecillos sorprenden constantemente a los adultos por su capacidad de entendimiento; solo requieren que les proveamos insumos para echar a andar los mecanismos mentales complejos de la inteligencia.

 

El puente entre el pensamiento infantil y el imaginario adulto sería imposible de trazar y de construir si cuando niños no hubiéramos vivenciado intensamente las experiencias ligadas al disfrute de la literatura para niños y de la imaginería ligada a los juegos.

 

El impulso del pensamiento, de la capacidad reflexiva, del pensamiento científico, del discurrir filosófico o de la creatividad, no pueden ser fruto del simple proceso de razonamiento adulto; un hito imprescindible en el camino del pensamiento complejo es haber transitado personalmente por el vasto universo de lo imaginario y haber interactuado con la multitud de habitantes que lo pueblan. Las hadas, los duendes, las princesas, los héroes, los villanos, los reinos fantásticos, las aventuras y todo lo demás; los cuales fueron tangibles por un cierto tiempo y para cada uno de nosotros, dejando tras de sí una huella perdurable modelo para los procesos mentales que se replicarán en la vida adulta.

 

La activación de lo imaginario fantástico, predispone positivamente para que luego el pensamiento adulto pueda proyectarse hacia la creación de un futuro realizable con mayor solvencia que aquellos que fueron privados de cultivar su imaginería infantil. El asiento de la capacidad para visualizar el futuro como individuo adulto, radia en una infancia que ha tenido a su alcance la literatura como sendero para la creación de mundos imaginarios. Hacemos hincapié en la importancia del desarrollo de las temáticas maravillosas, pues en ese ambiente, la imaginación genera infinitas ramificaciones del pensamiento, las cuales se plasman en proyecciones interiores de universos temáticos en cuyo proceso de producción se configuran las competencias cognitivas del razonamiento superior. A decir un ejemplo: cómo puede una persona conceptualizar y comprender lo que es el amor o la libertad si en algún momento de su vida no pudo crear en su mente algún reino prodigioso o creer en un personaje mágico. La dimensión lingüística es similar en ambos productos de la mente. La conceptualización de ideas abstractas y la imaginación infantil requieren de misma potencia intelectual. A esta asombrosa capacidad del pensamiento hay que añadirle el correlato emocional que se le asocia, pues tanto el concepto de la libertad como la acción admirable de la heroína o el héroe, movilizan conexiones psicológicas y emocionales que le dan el tono a la imagen conceptual creada. Lenguaje, imaginación y emoción son términos de la ecuación de la inteligencia.

 

Consideramos que el trabajo principal es poner al alcance de la niñez y los jovencitos, el acceso al texto literario, por un motivo esencial; la apropiación del lenguaje y el desarrollo del pensamiento propio es un hecho político en sí mismo. En la medida que la población infantil y de jóvenes lectores, lea, desarrollará el hábito de imaginar y de proyectarse por medio del pensamiento en el futuro. El hombre que lee y escribe es un hombre libre, es un sujeto capaz de comprender más allá de lo simplemente escrito, lee entre líneas, interpreta, usa su imaginación; lee y escribe.

 

Esa imaginación necesita ser alimentada tempranamente, no se puede esperar hasta que el sujeto este escolarizado para activar las funciones cognitivas superiores y la creatividad; es sabido que ante el enorme bagaje de conocimiento sistematizado que se imparte en las escuelas, la imaginación se empobrece y por lo general sucumbe o se manifiesta con escaso poder.

 

Nos preguntamos por qué luego de los primeros años de escolarización los niños y niñas dejan de dibujar y dejan de leer cuentos, ni que se diga de escribirlos, salvo excepciones. Es un fenómeno interesante y preocupante a la vez; la mayoría de escolinos apenas llegan a la etapa del dibujo esquemático, en el cual representan su entorno y a sí mismos con unas cuantas líneas, y si se comparan los dibujos de un grupo de niños poseen bastante similitud: el mismo tipo de persona, de casa, de árbol, de montaña; la esquematización es una etapa que cuando perdura más allá de los limites funcionales impide expresiones individuales; cuando deberían pasar a una etapa superior de representación gráfica más personalizada y sin estereotipos, pero tristemente la mayoría suele abandonar el dibujo, pues son realmente escasas las oportunidades donde se le dan algún valor y sentido al dibujo de niños, preadolescentes o adolescentes. En innumerables ocasiones cuando se solicita a un niño un dibujo libre, dibuja una bandera flameante y solitaria en el patio de su escuela o un personaje de su serie televisiva favorita; cuando se trata de chicos un poco mayores dicen que no saben dibujar y cuesta Dios y su ayuda arrancar un dibujo sobre una hoja en blanco.

Algo semejante sucede con la escritura, pocos alcanzan un grado de escritura autónoma que no se refiera a los asuntos escolares relacionados al conocimiento sistematizado como materias; condición que se extiende sensiblemente hasta las aulas universitarias. En un porcentaje muy bajo los niños y jóvenes pueden desprenderse del relato descriptivo, la chispa de la imaginación creativa corre el riesgo de desaparecer a causa de falta de dedicación por parte de los adultos para crear y mantener en el tiempo ambientes altamente estimulantes ya sea en el hogar o en la escuela. A poca o mala lectura menos escritura aún y pensamiento propio rudimentario.

 

Como un agravante y sin un justificativo pedagógico se ha generalizado la enseñanza de la escritura utilizando lo que denomina letra de molde o de imprenta, eliminando progresivamente el uso de la letra cursiva y con ello la expresión personalísima que toman las formas de cada letra en la producción individual, desvirtuando con ello de un plumazo los estudios y aplicaciones de la grafología científica y sus aportes para el conocimiento del fenómeno humano. Pues cuando se solicita a muchos jóvenes la escritura de un relato en letra cursiva, les resulta muy engorroso ya que casi todos han dejado esa práctica en los primeros años de la escuela porque dicha escritura fue aprendida como segunda opción y se la considera prácticamente inútil. Al parecer existe un profundo desconocimiento de lo que significó para la evolución de la inteligencia humana la especialización de la mano para poder escribir con la fineza que la escritura cursiva demanda amen de sus implicaciones simbólicas y de significado. Esta situación de negación del logro histórico ancestral de la escritura como destreza manual, supone una involución en términos culturales e incluso desconexiones en la organización de las redes neuronales de nuestro cerebro. No se debe pasar por alto que la coordinación del ojo con la mano ha sido el puntal de la evolución de nuestra especie, siendo la escritura una de las mayores adquisiciones.

Las teorías piagetianas nos remiten a la consideración de la existencia de procesos mentales que se van presentado evolutivamente casi de forma espontánea en distintas edades, esa sucesión está ampliamente comprobada, pero ninguna de las manifestaciones de la inteligencia alcanzaría su máxima expresión sin la intervención y estimulación por parte de los mediadores sociales, y he ahí nuestra responsabilidad como cultores y amantes de la literatura.

 

Evidentemente hoy en día la escritura digital y sus distintos soportes, son una poderosa herramienta y sin la cual sería mucho más lento y complicado comunicarnos y producir, pero las bases de la escritura manual (cursiva) que da lugar a la manifestación personal y al aseguramiento de las adquisiciones filogenéticas del lenguaje, que deben ser siempre el primer escalón de la producción escrita, de lo contrario sería como querer correr sin haber aprendido a caminar.

Lo que se acaba de mencionar parecieran ser temas colaterales al hecho mismo de la literatura infantil, pero en la lógica de lo que supone cultivar el lenguaje y alcanzar las expresiones superiores del mismo cuales son: el pensamiento abstracto, la conceptualización del pensamiento, la filosofía, la espiritualidad convertida en pensamiento, la comunicación efectiva de nuestras emociones, la manifestación de nuestra vida interior por medio del pensamiento reflexivo, así como nuestra habilidad para establecer redes humanas, dependen del conjunto de variables que estamos considerando.

 

No podemos subestimar las capacidades intelectuales y las habilidades cognitivas de los niños, la apertura al aprendizaje es casi ilimitada, pero la mediación de los procesos educativos convencionales suelen hacer cierres progresivos  a las ventanas de oportunidades del desarrollo mental infantil, la familia, la escuela y otros agentes sociales en pro de una educación sistematizada y programada, van echando cerrojos mentales a las innatas potencialidades de la mente humana, sin ponderar el impacto limitante que ello tiene en la capacidad creativa de las nuevas generaciones.

A su vez la trivialización e inmediatez de los contenidos de entretenimiento que provee la televisión y los medios digitales, no aportan en nada a mantener las mentes abiertas, existen contenidos estandarizados que invaden el imaginario infantil sin que medie el mayor trabajo de simbolización y de imaginación autónoma. La imaginación infantil es colmada de forma indiscriminada de contenidos idénticos para millones de telespectadores e informáticos. ¿Dónde queda la imaginación individual?  ¿Dónde quedan las imágenes originalísimas que cada niño o niña debían crear en su mente cuando se le relata una historia?  ¿Por qué son cada vez menos frecuentes los maravillosos momentos donde alguien le cuenta un cuento a un niño?

Lamentablemente observamos que antes de tiempo los niños y niñas se hacen indiferentes a los relatos tradicionales, los cuentos maravillosos apenas sobreviven más allá de los cinco o seis años de la infancia si les fueron provistos, y compiten en desigualdad de condiciones en relación al tiempo que se le dedica a la televisión o a las pantallas de juego. El lenguaje literario y el pensamiento mágico, el juego simbólico propio de estas edades apenas se desarrolla cuando repentinamente es truncado por la irrupción de las imágenes electrónicas de los juegos virtuales donde el lenguaje es casi inexistente salvo para las instrucciones de juego, todo es acción, movimiento e imágenes sin texto, hay un anclaje en lo preverbal, con la nefasta consecuencia de que ello traba o demora notablemente las competencias lingüísticas para expresarse con claridad y fluidez tanto oralmente como por escrito.

Ante este panorama cabe rescatar el aporte del lenguaje cinematográfico, el cual nos provee de imágenes maravillosas cuando se trata de películas basadas en la literatura fantástica, pero con algunas excepciones es muy común escuchar decir que el libro es mejor que la película, cabría decir más bien que lo que podemos imaginar siempre es mucho más que lo que puede proveer la película. Por tanto, en la lógica que venimos exponiendo se considera que el patrimonio imaginativo de cada individuo debido a nuestra condición de humanos se ve reforzado por las construcciones del lenguaje y no podrá nunca ser reemplazado por los artilugios de la modernidad, y en caso de que sí ocurriera habríamos de perder nuestra humanidad.

Tenemos aún un largo trayecto que cumplir como adultos hasta lograr que exista una apropiación de la literatura por parte de todos los niños, niñas y jovencitos; hay millones de ellos que no tienen acceso a libros ni a bibliotecas, podemos decidir que mientras no haya un cambio cuantitativo y cualitativo de la situación, que estarán  afectados por una más de las aristas del maltrato infantil, pues esa desventaja incide en el desarrollo incompleto de sus competencias cognitivas y emocionales en buena medida.

 

Por tanto, para finalizar este breve planteamiento, damos por comprendido que los adultos tenemos la misión de aproximar de forma oportuna y sostenida la incursión de niños y niñas en el mundo de la literatura con el fin de proveer oportunidades para que la construcción de la inteligencia pueda generar ramificaciones e interconexiones del pensamiento de alta complejidad en periodos tempranos de la infancia en el contexto del pensamiento mágico.

   

 

 

Lecturas recomendables: los cuentos de Charles Perrault, los Hermanos Grim, Hans Cristian Andersen, Cuentos de la selva de Horacio Quiroga, cuentos y leyendas populares latinoamericanas y otros.

 

Para saber más sobre el tema:

“La Psicología del niño”, Piaget, Jean y Inhelder, Bärber, Ed. Morata, Madrid 2007

“Las Inteligencias Múltiples”, Gardner, Howard; Ed. Paidos; Madrid, 2011

“Alas para la infancia”, Peña M. Manuel, ED. Universitaria, Chile 1995

“Psicoanálisis de los cuentos de hadas”, Bettelheim, Bruno, ED. Crítica, Barcelona 1990

“Los cuentos de Perrault”, Bettelheim, Bruno, ED. Crítica, Barcelona 1980

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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