Preguntas y respuestas para nota publicada en la revista dominical en el Diario el Deber
(Año Nuevo ¿Significa vida nueva? 21-12-2014)
1.- ¿Es o no importante empezar el ‘Año Nuevo con vida nueva’, como se
dice popularmente por estas fechas?...¿En qué casos sí es necesario?
Lo que se puede renovar en el año
nuevo como una fecha simbólica, son los propósitos y las metas futuras para mejorar
la única vida que cada uno posee. El
poder concretar logros suele requerir más de un año, por tanto proponerse
nuevos alcances a partir de una determinada fecha puede servir para reforzar la
voluntad y para no abandonar antes de tiempo lo proyectado. Siempre será
necesario comprometerse con uno mismo para acrecentar nuestro desarrollo
personal, todos los momentos son buenos para ello, a veces eso implica terminar
etapas y otras inaugurarlas; en cualquiera de los casos se requiere el
ejercicio de la fuerza de voluntad y de la inteligencia para tomar buenas
decisiones.
2.- ¿Cómo hacer realidad los cambios anhelados en el nuevo año que se
viene y que no queden solo en buenos deseos?
Para garantizar que los cambios deseados se hagan efectivos, hay
que partir de la premisa de que todo plan debe obedecer a una programación
fruto de la reflexión, así como a una proyección realista de lo que queremos
alcanzar. Se pueden desear innumerables cosas, pero se debe priorizar y elegir
en consecuencia, ya que cualquier deseo debe gestionarse, ningún logro es
instantáneo ni viene envuelto en papel de regalo, siempre hay que actuar y
trabajar para obtenerlo; si tenemos eso claro seguramente cosecharemos
satisfacciones en la medida que vayamos cumpliendo etapas. Es aconsejable
dividir un gran objetivo en varios objetivos secuenciados, de esa forma se irá
controlando el avance y se obtendrán gratificaciones en el camino o en su
defecto se irá corrigiendo el rumbo.
3.- ¿Porqué terminamos evitando o postergando grandes cambios que son
necesarios en nuestra vida?...Y, ¿qué riesgos puede desencadenar ello?
Casi siempre los grandes cambios
se postergan ya que son de gran complejidad, pero a veces se imponen porque la situación es inevitable o
grave (una revolución, un accidente, una enfermedad, una muerte, etc.). La
medida para no postergar cambios necesarios; es ser prudente y estar consciente
de que un gran cambio es un proceso que no se hace de un día para otro, tiene etapas
y un tiempo para cada cosa. El análisis, la reflexión y la planeación, serán nuestros
aliados al momento de movilizarnos para cambiar. Los cambios impulsivos o al calor de la emoción por lo general se
estrellan con la realidad que no puede ser forzada, cambiar implica también
saber esperar e ir concretando paso a paso de forma constante.