(Nota completa)
SOBRE EL TIPO DE PADRES:
Padre autoritario:
Se trata de un padre que ejerce
su paternidad desde una posición de poder y de control, en la cual considera
que los hijos deben obediencia sin cuestionamientos. Tiene a ser bastante
tradicionalista como si fuera de otra época, la educación que imparte es machista
y lineal. La madre puede compartir el mismo tipo de relación con los hijos o
también se somete a los mandatos paternos. Ésta figura se torna complicada
cuando los hijos no logran manifestar su individualidad y necesitan sofocar sus
inquietudes para no perturbar al padre, en otros casos el hijo se revela y se
generan conflictos de forma permanente.
Cuando éste tipo de paternidad se
combina con la agresividad o con el maltrato, da lugar a diversas disfuncionalidades
familiares, trastornos personales en los hijos como la extrema inseguridad, la
falta de confianza en sí mismos, dificultades para formar pareja, el rechazo
para identificarse con la figura paterna agresiva o una identificación masiva
con el padre dando lugar a la reproducción de los mismos modelos de
relacionamiento en sus propias familias con las debidas consecuencias
indeseables.
Padre ausente:
Es un estilo de paternidad que
aunque estando presente, no ejerce influencia ni acción en relación a los
hijos. Se trata de una persona muy ocupada a veces, que dedica escaso tiempo a
la familia y que generalmente deja toda la lidia con los hijos a la madre.
Opina poco, participa poco, no dialoga, no se hace cargo de tareas ni de
resolver los problemas cotidianos con los hijos. Le molesta que lo saquen de
sus intereses o de su descanso. En otros casos son padres que se han separado
de la mujer y que casi como reflejo se separan de los hijos, cumplen muy
reducidamente sus funciones tanto a nivel emocional como económico.
Caen en la figura de la negligencia
ya que no ejercen la tarea formadora hacia sus hijos, tampoco ejercen
liderazgos confiables ni brindan seguridad emocional a su prole. Por lo general
son padres que a su vez no han tenido durante su infancia y juventud los aprendizajes que los habiliten como
padres conscientes, cariñosos y responsables.
Padre permisivo:
Es un estilo de paternidad que se
ejerce con cierta blandura, por diferentes causas, a veces por haber tenido una
experiencia desdichada como hijo, lo cual predispone a ejercer una paternidad
laxa donde las normas necesarias para ordenar la vida cotidiana de los hijos
son muy débiles. Suelen ser padres que responden a los caprichos de los hijos,
o que tienen sentimientos de culpa intensos que son de origen inconsciente y
actúan en forma de sobrecompensación por cosas o afectos que no tuvieron. En
términos generales no quieren que sus hijos sufran lo que ellos sufrieron y en
otros casos se trata de padres que no poseen la voluntad ni la energía psíquica
suficiente o les cuesta ejercer la acción formadora y de contención sobre los
hijos. En ocasiones las madres se alinean con éste estilo y en otros casos la
mamá suele ser la mala de la película porque es la que establece normas,
controla tareas, regula permisos, etc. En éste entorno puede volverse
complicado lidiar con los hijos adolescentes que ya no quieren aceptar límites
aunque éstos sean razonables.
Padre democrático:
Al parecer podría ser una figura
más positiva por lo que el concepto implica pero hay que tomar en cuenta que un
liderazgo democrático en la familia requiere de un mínimo de madurez de todos
los integrantes por tanto no se podrá ejercer con niños pequeños en todo el
sentido de la palabra, ni con hijos adolescentes que no sepan respetar normas
básicas de convivencia en familia. La paternidad democrática implica haber
realizado un arduo trabajo de formación y de instalación de principios y
valores con los hijos, contando con el apoyo de la esposa. Pero en principio el
padre democrático, debe conocer muy bien las necesidades de sus hijos según su
edad; podrá consultar con ellos sobre decisiones, o tomar en cuenta sus
opiniones para atender adecuadamente sus necesidades e inquietudes, pero
siempre ejerciendo una autoridad inteligente fruto de su experiencia de vida,
pues los hijos requieren de guía supervisión y apoyo en las diferentes etapas
de su vida. No se debe confundir democracia familiar con permisividad ni con
abuso de la mayoría. En una democracia cuentan los derechos y las obligaciones
también.