Colaboración solicitada por Diario El Deber para su revista dominical Extra - Publicación 19 de junio 2016
1.
Es mejor resaltar los errores o los aciertos
cuando hablamos de la educación de los hijos? Saber dónde está el error, no es
también importante para corregir y no volver a equivocarnos?
Los aciertos siempre deben ser reconocidos y apoyados por los adultos,
pues eso genera niveles importantes de autoestima y hace que los chicos se
sientan seguros de sus capacidades. Estimular y facilitar para que los niños
puedan expresarse y sentirse exitosos contribuye a la fortaleza personal. Pero
es igual de importante prestar atención a los errores ya que se deben
considerar como oportunidades de aprendizaje; analizar y reflexionar sobre las
causas de los errores ayudará también a corregir el curso de las conductas o de
los aprendizajes. El error no debe estigmatizarse, los niños deben aprender a
tolerar que no todo les debe salir perfecto, también necesitan poder lidiar con
la imperfección. Cosa muy distinta es si se castiga o avergüenza a los niños
por sus errores, en ese caso se refuerza negativamente y se crean situaciones
que menoscaban la seguridad personal y que desmotivan para seguir aprendiendo,
el bloqueo emocional o intelectual pueden ser consecuencia de una educación
centrada en la crítica o el castigo por la equivocación.
2.
Remarcar lo positivo de los chicos debe ser
la nueva forma de empoderarlos y de hacerlos más seguros de sí mismos?
Será positivo reforzar y estimular los logros y méritos personales pero
cuidando de que el deseo de ser exitoso e infalible no se convierta en una
fuente de angustia o en una condición imprescindible para ser feliz. Habrá que
estar atentos a los talentos de cada uno para ayudar que ellos de desarrollen a
modo de juego y de diversión. La demanda de excelencia en cualquier actividad
puede generar trastornos neuróticos, hay niños que se neurotizan seriamente
ante la sola posibilidad de fracaso, pues temen no cumplir con las expectativas
de sus padres o temen la crítica y burla de sus pares, lo cual les genera aún
mayor inseguridad y ansiedad que enfrentar sus fallas para solucionarlas.
3.
Cuánto redunda en la vida adulta, el vivir
prestando más atención a los errores o cosas malas?
Si la educación se ha centrado en la crítica y la reprobación se pueden
generar:
·
Baja autoestima
·
Falta de asertividad
·
Ansiedad por obtener la aprobación de otros
de forma constante
·
Conductas dubitativas y dificultad para tomar
decisiones
·
Intolerancia a las críticas
·
Evitación se situaciones desafiantes o que
implican dificultad
·
Temor para enfrentar situaciones nuevas
·
Inhibición de la creatividad
·
Se puede repetir y ser rígido y crítico con
los demás
·
Proyección de las propias inseguridades sobre
otras personas, pareja, hijos, colegas, etc.
4. Realmente es buena idea
adoptar este método y en lugar de corregir tareas y exámenes con bolígrafo rojo,
marcando los errores, optar por usar el bolígrafo verde y destacar las cosas
bien hechas?
Siempre será positivo desterrar las enormes y abundantes marcas rojas
que suelen usarse para marcar los errores en los cuadernos y exámenes de niños
y jóvenes; pero el uso de señales en verde es insuficiente, no debe ser el
único recurso para mejorar las estrategias de enseñanza, además el análisis de
los errores es necesario para poder aprender; pero siempre en un ambiente
amigable en donde el aprendiz pueda comprender la forma de corregir para ser
más efectivo. Desentrañar la lógica del error ayuda en los aprendizajes, en el
tiempo los errores se minimizan y van desapareciendo.