sábado, julio 19, 2014

Salud y familia - Sobre el alcoholismo

Preguntas y respuestas solicitadas por la revista Extra del Diario El Deber

1.- ¿Qué actitud debe tomar la familia ante un miembro alcohólico? ¿Cómo ayudarlo y no empeorar la situación? ¿Hay que intervenir o no y en qué momento es más adecuado intervenir?

* Hay que tener en claro que al alcoholismo es un síntoma que encubre otros problemas de tipo emocional, el tratamiento no debe abordar solo el síntoma sino a la persona integral, la adicción es la punta del iceberg. La adicción suele estar acompañada de otros trastornos de personalidad. La familia directa debe facilitar y alentar a que la persona afectada pueda encarar un tratamiento y posiblemente involucrarse en el mismo.
 *La intervención siempre es aconsejable y si se hace prematuramente puede ayudar a que la adicción no se instale de forma definitiva.
*Si la persona dependiente es alguien joven que no ha cristalizado su personalidad adictiva es posible que responda favorablemente y que acepte la intervención profesional para recibir la asistencia más adecuada a nivel médico y psicológico.
*Difícilmente la persona adicta puede encarar el proceso de cura de forma solitaria, necesita una red de contención emocional, a veces la esposa y los hijos y otras los padres y hermanos, además del soporte profesional  y los grupos de autoayuda.
*Si el afectado con la adicción es un miembro adulto o adulto mayor seguramente ofrecerá más resistencia a cualquier tipo de ayuda ya que sus hábitos están consolidados y muchas veces estará incapacitado para afrontar el proceso de cura. La familia sola no suele conseguir el resultado esperado en relación a la desaparición de la adicción.

2.- Y en el caso de que la persona afectada forme parte de nuestro círculo de amistades, ¿cuál es la reacción y comportamiento adecuado que debemos tener frente a esa persona con problemas de alcoholismo?

* En ocasiones algún amigo puede ayudar a que el adicto encare el camino del  tratamiento, pero supone a la vez un acompañamiento de largo aliento así como un grado de compromiso en un trayecto  lleno de avances y retrocesos.
*En condiciones de sobriedad la persona afectada suele mantener sus relaciones de amistad con cierta normalidad, pero dependiendo del grado de afectación los amigos que no comparten la adicción suelen alejarse ya que los intereses y el tipo de diversión dejan de coincidir, por lo general el adicto al alcohol busca la compañía de otras personas se inclinan por la misma dependencia, así pueden dar rienda suelta a su compulsiva búsqueda de placer.
*Hay que tener en cuenta que el consejo no solicitado generalmente no es bienvenido, por ello es muy delicado intervenir como amigo.

3.- Por otro lado, ¿A qué riesgos o consecuencias se exponen los familiares y/o allegados si no enfrentan adecuadamente el problema de adicción de su familiar o amigo (Por ejemplo, ¿qué tan grave puede ser convertirse en una persona codependiente?)

*Si la adicción de manifiesta como un alcoholismo social donde el consumo es diario o semanal con cualquier motivo social, generalmente no se presentan cuadros de embriaguez o descontrol, en ese caso la convivencia puede ser bastante normal y no ofrece grandes riesgos a los otros (salvo en la conducción bajo efectos del alcohol). Pero si el consumo habitual termina con estados de embriaguez el grado de impulsividad y puede poner en riesgo severo la integridad de cualquier persona del entorno. Hay que tomar en cuenta que aunque el consumo no sea excesivo se produce un deterioro progresivo de las facultades mentales y psicológicas, además de los daños orgánicos que a la larga  se manifiestan.
* La codependencia puede oscilar desde ser una enfermedad a nivel familiar que puede afectar a uno o más miembros, o tratarse de un trastorno de personalidad que funcionalmente permite, encubre y mantiene la adicción del otro, o se manifiesta como una especie de adicción al otro y a su problema, generando un circulo vicioso, y por ultimo es un intento normal de un cónyuge para  adaptarse lo mejor posible a la vida compartida con un adicto. Por ello la intervención profesional es primordial para poder abordar la problemática de una forma integral y particular en cada caso.